¿Por qué andas tan gordita y brillante? Desde la primer posada navideña por comer muchas estrellas te has vuelto una Luna Llena desorbitante. Parece que nació una nueva constelación con forma de arbolito de navidad y tú eres una de sus esferas de cristal que pronto se desprenderá de tan gigante y pesada.
¿Por qué andas tan mareada, Luna? Con semejante plenitud, de tanto rotar, dar de vueltas y mantenerte orbitando sobre tu eje, ya te mareaste. Dicen que si te mareas se puede revolver tu estómago y terminas vomitando un tsunami viscoso de estrellas. Es normal que por el mareo pierdas el equilibrio y te andes estrellando con cualquier meteorito u objeto espacial, pero ten cuidado que ya se descosió una de tus costuras lunares.
¿Y por qué andas tan descosida, acaso no sabes coser? Dicen que si te descoses mucho se verá tu corazón. También dicen que eres de queso. Pero prefiero que seas piñata.
Sí, Luna, me agrada la idea de que seas una gran piñata rota. Pero no te rompas todita, ni te descuelgues del cielo espacial, que así, media partida, a todos nos tocará un poco de tu dulce corazón de colación para que nos ampare de la noche.
Luna ya sé porque andas tan descocida, no es que no sepas coser, sino que deshilaste adrede una de tus costuras para regalarnos en esta posada algo de tu colación.
En efecto, los demás niños también se dieron cuenta de que ahorita estás a punto de romperte y abren sus ventanas o salen a sus terrazas para ver si pueden atrapar algún dulce o fruta de ti (quizá una caña de azúcar plateada o un cacahuate de plata-cristal). Ya en la recolecta a mi me toca una jugosa jicamaluna que refresca y alumbra mi sonrisa con su mágica luz de luna llena en plena paz.
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